MINIMO IMPACTO A NIVEL BARRIAL
LOS ZASCA, dirigidos a micro, fami y pequeños productores de calzado y afines, no solo de Bogotá, sino de todo el país, es un programa que los pone a soñar, pero tienen una piedra en el zapato: es para empresas organizadas, tanto en el aspecto legal, como estructural, situación que nos margina automáticamente de cualquier proceso, señalan quienes participaron en el primer capítulo, durante la Alcaldía Mayor de Gustavo Petro, quien puso a caminar Zasca Calzado y Zasca Confecciones, en el caso de la Localidad de Antonio Nariño de Bogotá, en los Barrios Restrepo y Policarpa, respectivamente.
Es innegable que los ZASCA, bien aplicados, son para hacer bellezas en zapatos y vestuario, pero como una cosa es la teoría y otra la acción todo se queda en promesas; quienes los orientan, que no saben cómo montar un zapato y se cose una camisa, consideran que mediante mensajes de texto y otros mecanismos subliminales, menos el de aprender-haciendo e interactuando, se engrandecen y se trasforman los sectores de la industria de la moda. Y no es así, se les escucha a quienes producen calzado y ropa en los garajes, casas y apartamentos, donde pocos los ven, pero los colocan ante los ojos del mundo para justificar planes que les significan millones de pesos que, en el papel, deberían ir a los microempresarios y van a parar a los bolsillos de los intermediarios, ‘catedráticos’ y contratistas, a quienes habrá que reconocerles que saben aprovechar la ingenuidad de los empresarios de las barriadas, a quienes enredan con el cuento de que les van a regalar y después de que les firman documentos, ¡si te he visto, no te recuerdo!… se pierden… han hecho la tarea de aprender cómo pasar las cuentas de cobro y adiós.
“La verdad, me ilusioné con los ZASCA: que le digan a uno, que lo van a hacer más competitivo, dándole herramientas para fortalecer su taller, con tecnología, capital de trabajo y que lo ubican en el camino de la comercialización, ¡pues qué maravilla!, pero cuando entramos en la realidad, ¡qué decepción!”, expresan quienes se quedaron esperando una transformación que, mientras no se corrijan los errores del pasado, continuará en entredicho. Quienes dirigen los ZASCA se dan el lujo de mirar por encima del hombro la micro empresa… (las aglomeraciones), que es donde está concentrada la inteligencia, eficiencia y sabiduría del sistema moda, que concentra a zapateros y confeccionistas… a quienes nos están vulnerando los derechos de recibir apoyo del Estado, que viéndolo bien, sí le da recursos a los famiempresarios: el pecado está en que lo hace a través de organizaciones que embolatan a quienes saben demasiado sobre cómo se produce, más no cómo alcanzan recursos y metas que los haga más eficientes y los engrandezca en los mercados.
Aquello de que el que quiera hacer parte de Zasca Calzado y Zasca Confecciones tiene que buscar a los manejadores de los programas, en vez de despertar admiración, lo que causa es alejamiento, no existe una pedagogía (como en el pasado) que los ilustre respecto a porqué es importante matricularse en los Zasca.
En el caso de los zapateros y confecciones, con quienes el Periódico El Peletero mantiene un permanente contacto desde hace 28 años, pocos desean perder más tiempo a cambio de nada.
Por lo tanto, aplican una fórmula mágica: continuar haciendo calzado y vestuario, al menos para sobrevivir, haciendo caso omiso a tantas promesitas y políticos que le están causando un enorme daño al desarrollo económico de la Nación. Quienes logremos pasar el 2024 produciendo menos pares, el año entrante vamos a recoger una excelente cosecha. En medio de las angustias y dificultades, mantenemos una infraestructura, que es un activo bastante valioso, señalan zapateros y confeccionistas, quienes están asombrados por la manera como, quienes dicen tener la sartén por el mango en los negocios de la industria de la moda, arman carpas para que los zapateros del Restrepo y de Colombia vendan sus productos y terminan con déficit, por no tener en cuenta algo elemental: los negocios de hoy son resultado de estrategias entre quienes fabrican y a la vez comercializan, y entre quienes producen y les venden a distribuidores y comercializadores, que quedan poquitos, la desconfianza es total.
Ha llegado a tal instancia la situación que, si el pago no es al contado o con créditos a corto plazo, con garantía, no hay negocios.
En pocas palabras: el que tenga plata producirá calzado, hasta para fiar; el que no, desaparecerá del mercado, como está sucediendo.
Los ZASCA serán un monstruo de la productividad de los zapateros, confeccionistas y afines si se adelantan tareas puntuales: Capital de Trabajo, Mercados eficientes, Pagos al contado, Créditos blandos, Premios a quienes muestren eficiencia.
Lo demás, será un duelo de competencias entre quienes saben elaborar artículos y quienes buscan dinero, valiéndose de estrategias que desconocen y las extienden a través de expertos, de quienes se han quemado las pestañas y por ganarse unos pesos se prestan para mostrar sus maestrías reales, que son pocas en la industria del calzado, en la que la brillan las teorías y escasea el hacer con las benditas manos. Los que sabían se envejecieron, el relevo generacional no aparece y, si existe, son virtuales de pies a cabeza.
Aquello de que más sabe el diablo por viejo que por diablo, le cae como anillo al dedo a los zapateros, que, con pocas excepciones, piensan que el Gobierno les tiene que regalar y se quedaran con los crespos hechos, por ser alérgicos a la disciplina y a las leyes empresariales, lo cual está siendo aprovechado por unos cuantos vivos, que se las tiran de mesías, de lo cual no tienen nada.
Por petición de los zapateros, confeccionistas y afines, quienes son nuestras principales fuentes de información, no solo del Barrio Restrepo de Bogotá, sino de Colombia, el Periódico El Peletero continuará mostrando la realidad de la industria de la moda… investigamos para informarlos paso a paso y puntada tras puntada.
La zapatería no se acabará, los cerebros sí; entonces, es necesario hablar con quienes han hecho de este arte u oficio un dios de la humanidad, con el fin de que haya mano de obra, negocios visibles y calidad de vida.
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