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Vamos Palante

Los brasileños les enseñan a los colombianos…

CATEDRÁTICOS DEL CALZADO


En la década del 80, los italianos eran tenidos por los colombianos como los dioses del calzado y afines. Les enseñaron muchos secretos que no figuraban en la libreta, especialmente de quienes han manejado empíricamente la fabricación de zapatos, que no conocían la tecnología que agiliza procesos productivos, lo cual fue una novedad para quienes no habían visitado a los considerados padres de la zapatería, que son admirados en el mundo por imponer la moda en fabricación y en tecnología.

Italia nos mostró que son maestros en la industria del calzado… manejan conceptos que, con el pasar del tiempo, han sido copiados por quienes les hicieron ver que no son los únicos, que la competencia ha evolucionado, a tal punto que han tenido que valerse de los chinos para que les produzcan maquinaria buena y bonita, que esté al alcance de las pequeñas fábricas de zapatos.

Antes del fenómeno chino en calzado y tecnología, Italia dotaba las grandes empresas, ahora no venden lo mismo de antes. La competencia los arrinconó, quitándoles el don de padres del calzado, cuando se decía que como ellos no había otro. Eran intocables, manifiestan los zapateros de antaño que intentaron imitar a los italianos y les fue imposible por costos, infraestructura y personal calificado en el manejo de tecnologías avanzadas.

Decir que Italia perdió el liderato, es atrevido, pero que le acortaron distancias no es ningún secreto. Eso se evidencia en la compra de máquinas que, con excepciones, ahora tienen el sello de hecho en Italia. Por distancia, costos, lenguaje y asesoría, quienes dotan sus empresas de tecnología de punta la compran donde les sea más fácil traerla, por inversión y asesoría.


Cuentan que un fabricante colombiano compró una inyectora en Italia y la tuvo que embodegar porque no había quién la manejara. Fueron más de 250 millones de pesos que estuvieron quietos, mientras encontró a la persona que conocía del tema, que no fue una solución inmediata: por el desuso se dañó un fusible que, mientras se importó de Italia, agravó la situación.

Hoy, Brasil es una fuerza productiva y tecnológica para la industria del calzado de Colombia. Es prácticamente un vecino que lo tiene todo. Sale más barato ir a Brasil que a Italia, según los empresarios, quienes encuentran en el territorio brasileño, además de tecnología, materias primas y productos terminados. Brasil es la mejor opción para los zapateros de Colombia, que desean estar a la moda en dinámicas productivas y en zapatos para comercializar.

Brasil, sin exagerar, destronó a Italia que, para reconquistar el mercado colombiano, tendrá que valerse de estrategias, como las de invitar a los zapateros con los gastos pagos, una mejor oferta en precios de la tecnología y garantizar que en caso de una emergencia por daños en las máquinas, en cuestión de horas o días, tendrán la solución.

En ese sentido los brasileños son bastante eficientes, lo cual ha creado confianza. Ese es el resultado de la presencia de catedráticos como Luis José Coelho, quien desde hace más de 20 años se convirtió en el faro de la industria del calzado de Colombia, a la que le ha entregado muchos conocimientos en el manejo de las empresas. Coelho elaboró un plan modelo que se debería aplicar a través del Sena, pero no hubo voluntad para que se llevara a cabo.

Era, según los expertos, un programa que haría de la industria del calzado de Colombia una verdadera potencia a nivel del área. Luis José, quien es considerado como un colombiano más, asesora empresas de alto rango en el país, que lo contratan para que les dicte cátedra a quienes las manejan administrativa, productiva y comercialmente. Es un maestro que se hace entender y sabe escuchar a quienes desean aprender.

Por su parte, Diego Martínez, hoy gerente comercial de la Fimec, se convirtió en un personaje por la manera como les explica y convence a los zapateros de porqué es necesario utilizar tecnologías, materiales limpios y viajar a adquirir experiencia en las ferias, no solo de Brasil, sino del resto del mundo.


El ingeniero Martínez conoce mucho de zapatería y es una obligación escucharlo, expresan quienes, durante la Feria Internacional del Cuero, Calzado y Afines, o sea la IFLS + EICI, en Corferias de Bogotá, han intercambiado ideas, que contribuyen al desarrollo de la industria del calzado de Colombia, que, aunque ha asimilado muchas cosas, deberá esforzarse más por estar más cerca de los considerados grandes.

Y ni que decir de Marcio Jung, máximo jerarca de la Fimec, quien, con un estilo muy pedagógico, está enseñándoles a los industriales del calzado colombianos como es que se conquistan los mercados, comenzando por un buen producto, que debe ser hecho en insumos que cumplan con las normas ambientales.

Jung, durante la IFLS de febrero, visitó varias fábricas de calzado del barrio Restrepo, llevándose una buena impresión de sus estilos de producción, que podrán ser mejorados, viendo cómo es que funcionan las plantas en Brasil.

A Coelho, Martínez y Jung habrá que invitarlos a una conferencia para que les den cátedra a los zapateros colombianos sobre el manejo de sus empresas, producción, comercialización y porqué es importante tecnificar las plantas y producir bajo las normas ambientales, manifestaron quienes los conocen.

Ya llegará ese momento. Mientras tanto, el director del Periódico El Peletero seguirá llevándolos a los talleres, fábricas y grandes empresas, para que conozcan más a fondo lo que es la zapatería colombiana, que tiene como epicentro el barrio Restrepo, en el que por más de 60 años se han hecho zapatos para todos los gustos, con las últimas tendencias de moda y en cuero.



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