¿SAN BENITO, ZONA DE CURTIEMBRES NACIONAL?
¿Qué será de nuestra vida laboral si las autoridades ambientales cierran las plantas de procesamiento de cueros?, se preguntan los angustiados operarios
Lo único que falta es que las autoridades monten carpas para vigilar a los curtidores de cuero del barrio San Benito (Localidad de Tunjuelito al sur de Bogotá), para que se ciñan a las normas ambientales, con el fin de que no contaminen el río Bogotá, por la utilización de químicos que destruyen y matan lo que se les atraviese.
Las 35 curtiembres que subsisten, de las cerca de 450-500 que llegaron a procesar pieles, trabajan a medio ritmo, primero porque el consumo de cuero bajó, segundo porque en cualquier momento las autoridades les caen a las plantas y tercero porque todos los días les imponen más requisitos, que son imposibles de cumplir en un 100 por ciento.
Esto es angustioso. Uno vive con zozobra, no se sabe cuándo nos van a clausurar las curtiembres y entonces de qué vamos a vivir. Lo que sabemos es procesar cueros. La situación está bastante complicada, como dijo el Periódico El Peletero, hasta con drones nos siguen, comentó un operario, quien, con el salario que recibe, mantiene la familia, paga arriendo y educa a sus hijos.
San Benito, pese a las dificultades, es un ícono en la curtición de pieles, es un sector con reconocimiento mundial, en el que está proyectado construir un Parque Ecoindustrial, que no se hizo en esta administración distrital.
La única manera de que se termine con este problema es que se declare a San Benito Zona de Interés Industrial Nacional de Curtidores, no solo por tradición, sino por el impacto que tiene en lo económico y social, dijo un empresario; de lo contrario, seguiremos en las mismas, a lo cual se le sumaria otro problema: la construcción de la nueva sede del Frigorífico Guadalupe en este sector, un poco más arriba de San Benito, lo cual exigiría un rígido cumplimiento de las normas ambientales, añadió. Es o es, de lo contrario adiós a las curtiembres, luego de más de 100 años de protagonismo.
Hoy, San Benito no es ni el 20 por ciento de lo que se conocía, es un sector con escaso movimiento de camiones y de montacargas. Las pieles las transportan, básicamente, en carretillas, mientras que en las tiendas, saboreando una cerveza, los inversionistas buscan fórmulas que les permitan acordar con las autoridades cómo trabajar sin presiones, porque está en juego la estabilidad industrial y laboral de mucha gente.
Muchos curtidores dicen que morirán en San Benito, que de allí nadie los sacará. Que hay disposición de los empresarios para alcanzar los lineamientos que eviten la contaminación, pero que esto se hará con dinero. El Parque Ecoindustrial tiene un costo de unos 35 mil millones de pesos. El gobierno Distrital no ha dicho financiamos equis cantidad. La solución es que sea una Zona Industrial Nacional de Curtidores y la Nación asumiría la inversión.
Mientras, no hay un consenso respecto a cuál será la suerte de los curtidores de San Benito, quienes permanecen más de 12 horas allí, procesando los mejores cueros para la industria del calzado, marroquinería, ropa y afines de Colombia y del mundo.
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