Punto de encuentro de microempresarios del calzado y confecciones
Los visionarios que le cambiaron el rostro a San Victorino merecen un premio, por darle identidad al Corazón de Bogotá, un lugar especial para visitar y comprar vestuario.
Mientras el Gobierno distrital habla de inversiones millonarias en obras, que no se ven, los particulares, que llevan en sus venas el desarrollo económico, le apuestan al montaje y construcción de centros empresariales, en el que los pequeños fabricantes y comercializadores de calzado y prendas de vestir venden sus productos.
San Victorino, hasta hace unos 5 años, era una zona, entre la calles novena y décima, por la cual pocos se atrevían a pasar, por la inseguridad; el sector estaba poblado básicamente por indigentes. Quienes iban de compras al tradicional San Victorino, no se atrevían a cruzar más allá de la carrera novena. Hoy, es un sector modelo, al que se puede ir de compras de calzado y ropa, en familia.
El rescate de los sitios vedados, del considerado punto de encuentro comercial más importante del Distrito y del país, no lo hizo la administración distrital: es un milagro de unos inversionistas, que vieron en el sector el lugar ideal para extender el comercio en el centro de la Capital, y manos a la obra, tras convencer y acordar con las autoridades capitalinas bajo qué condiciones se podría invertir para cambiarle el rostro al lugar, que según expertos nacionales e internacionales es un modelo empresarial, porque no solo se mueve la economía, sino que también le abrió las puertas al empleo. Sin hacer grandes edificios, bajo carpas y locales en contenedores, pusieron a disposición de comerciantes de zapatos y ropa espacios dignos para que distribuyan las mercancías, en los madrugones o diariamente, que bautizaron con el nombre de Grupo Empresarial Lo Nuestro, que es súper, se siente el sentido de pertenencia… el deseo de que los empresarios (medianos y pequeños) crezcan y sean más competitivos.
La millonada que gastaron en la trasformación de este sitio, en el que cerca de 1.500 comerciantes exponen las tendencias de moda en zapatos y vestuario, es lo de menos. En cada uno de los inversionistas se nota a leguas la felicidad, al observar como muchos de quienes vendían en las calles, como ambulantes, y en los barrios, ahora son comerciantes, a quienes les está cambiando la calidad de vida; no es lo mismo vender al sol o al agua, que estar en un local, con todas las garantías.
Muchos de los comerciantes recuerdan las calamidades callejeras. Hoy, gracias a Dios y a quienes se idearon adoptar y poner a disposición este lugar para los comerciantes (especialmente de los estratos cero a tres), vivimos tranquilos. Era un sueño y se nos hizo realidad vender calzado y ropa en estas condiciones, se le escucha a muchos de los expositores, quienes desde el mismo instante en que arrancó el proyecto, tomaron la decisión de ubicarse en el cómodo y excelente Centro Comercial Abierto que diseñó el Grupo Empresarial Lo Nuestro, que componen cinco organizaciones, que desde antes de que apareciera el Covid 19, están siendo ejemplo de sostenibilidad para los pequeños, micros y famis zapateros y confeccionistas.
Según las proyecciones del Grupo Empresarial Lo Nuestro, durante el fin de año las ventas de calzado y vestuario superarán los cálculos, por el precio, diseño y calidad de los productos, hechos con manos colombianas, básicamente en las localidades de Ciudad Bolívar, Antonio Nariño, Kennedy, Puente Aranda, Barrio Unidos y Usme, entre otras, donde los fabricantes de calzado y vestuario dinamizan la economía capitalina, centrando las ventas en San Victorino, que es ícono… allí van a comprar, al por mayor y al detal, comercializadores del país e inclusive de las naciones vecinas.
Quienes van de compras a San Victorino deben ceñirse a las normas de Bioseguridad, o sea, utilizar tapabocas y todo lo que evite posibles contagios… el coronavirus está vivo, por lo que cuidarse no es un favor, es una obligación.
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John Pinilla, una de las estrellas del Microfútbol mundial, lideró la Selección Colombia que hizo una exhibición en el Centro Empresarial Lo Nuestro, en San Victorino. El partido amistoso entre Colombia-Almacén El Vaquetón y Colombia-Manti Cotton Jeans, en el que hubo golazos y vistosas jugadas, tuvo como escenario la Plazoleta Gold Burbuja # 116, el pasado 16 de septiembre. El duelo fue organizado por Nelson Álvarez (jugador-técnico de micro y comerciante de ropa).
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