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Habrá que darles alas a los generadores de empleo… al sistema moda.

MICROECONOMÍA DESCALZA


EL QUE escoba nueva, barre bien, tendrá que hacerse sentir en el Gobierno de Gustavo Petro, que durante 10 meses no ha logrado el cambio prometido, por el contrario, ha generado una incertidumbre… un descontento que a veces tiende a crear pánico; si antes se comía tres veces al día, hoy si acaso dos o una vez. Eso preocupa y demasiado… la gente con hambre, es capaz de cualquier bestialidad.

Los protagonistas de la pequeña empresa, liderados por los zapateros y confeccionistas, esperaban que sus emprendimientos tuvieran una reacción inmediata, que les permitiera conquistar más mercados y dar empleo, pero no, en vez de avanzar, se están dando pasos atrás, situación que preocupa y más porque no se ven las inversiones, que podrían sacar a flote a quienes le dan identidad a la micro y famiempresa, que sienten como se les esfuman sus emprendimientos.

La industria de la moda, no ha sido dependiente del gobierno, se ha bandeado prácticamente sola, guiada por inversionistas, que están sintiendo que por la desocupación, el consumo decayó, teniendo que comenzar a hacer profilaxis: producir lo mínimo, con pocas personas y cuidar las pocas ganancias, mientras Petro y compañía, encarrilan el plan, que consiste en fortalecer la microeconomía, que es protagonista por la cantidad de beneficios que les garantiza a los estratos 0 al 3, que no se ven, pero marcan diferencia en productividad.

Los cambios deben ser graduales, de acuerdo a cada necesidad. La microeconomía debería estar marchando, pero las disputas políticas por las reformas: laboral, salud y pensional, tienen en el limbo la base empresarial, en la que los curtidores de cueros, fabricantes de calzado y afines; textileros y confeccionistas, juegan un papel preponderante.

Reestructurar lo que está ´amarrado´, es bastante complicado y mucho más cuando de por medio existe intereses monetarios. Entonces, como primer paso, es necesario buscarles soluciones a los industriales del calzado y confecciones, y a las otras líneas de la industria barrial, que son el gran soporte de la súper economía, que no suelta el poder y tiene defensores de oficio a nivel gremial.

El que vamos a salir de este bache, ¡que no exista ninguna duda!: los microempresarios tienen la polenta para expresarles a quienes tienen la sartén por el mango, que somos, además de ser más, los verdaderos generadores de riqueza, comenzado por los dolientes de la moda, que son maestros en darle lectura a lo que se requiere para que luzcamos bien elegantes.

De las buenas intenciones se tendrá que pasar a las realizaciones, por el bien común. La voluntad es una y lo que se realice es otro… Los zapateros y confeccionistas, no dan más espera, llevan años en lo mismo: que el gobierno los mire, no con lástima y compasión, sino como ejes de la Economía Popular, en la que no figuran, con nombre propio, pero automáticamente se han ganado un espacio, en el que demostrarán que no están pintados en la pared y qué por lo tanto, tendrán que ser respetados, sin tener que levantar la voz, ni marchar para defender lo que han construido.

El ministro de industria y comercio, Germán Umaña, es consiente de la capacidad de trabajo, que tienen los zapateros, por haber sido dirigente del gremio. De él se espera un respaldo unánime, durante este gobierno, que está afinando, pero que deberá agilizar la puesta en práctica de las estrategias que tienen pensadas, junto al gerente de Innpulsa Colombia, Hernán Ceballos, quien también sabe y mucho, cuánto significa el sector calzado para la micro y famieconomía.

Reactivando la productividad y el empleo, decrecerá la angustia. Los zapateros y confeccionistas están en disposición de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de muchísimos ciudadanos. Solo esperan que el gobierno les diga que es lo que les va a dar, diferente a cursos y el cómo fabricar, en eso son expertos… el dilema, es el capital de trabajo para cumplir con los pedidos.

Los créditos deberán ser a través del Banco Agrario; si son de la banca privada, apague y vamos: no habrá un mejor mañana… los zapateros están vetados, los tienen con una línea roja.

Conclusión: por ahora los zapateros le están demostrado al gobierno que son superiores, en todos los sentidos y que con su apoyo o sin él, sostendrán, como sea, sus plantas de producción.

¡Aplausos para los fabricantes de calzado y afines!




REFLEXIÓN: Los zapateros garantizan la productividad… ¿qué les dará el Estado en contraprestación?

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