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Las pérdidas económicas son millonarias y el despido de trabajadores encendió las alarmas

CURTIDORES PROPONEN QUE SE DECLARE PATRIMONIO NACIONAL LA INDUSTRIA DEL CUERO

La exportación de pieles crudas y de ganado en pie desabasteció la industria manufacturera

(calzado, marroquinería y afines), y está dejando sin proteína a miles de personas, por el alto costo de la carne.


La pandemia se encargó de descubrir los problemas que aquejan a los curtidores de cueros de Colombia, quienes, aun desde antes que apareciera el virus, venían mostrando flaquezas, debilidades que se agudizaron en los últimos 18 meses, en los que hasta los más organizados de esa industria están sintiendo la presión de las autoridades ambientales, la escasez y un alza descomunal de las pieles crudas, situación que ha llevado al sector a clausurar plantas y al despido de empleados, lo que, unido a las pérdidas económicas, tienen en jaque a muchísimas empresas, a las que se les está haciendo imposible sostenerse en el mercado, por la inestabilidad del dólar, el poco consumo en la zapatería y afines, lo mismo que los créditos; quien quiere pagar, lo hace, quien no, se escuda en el virus.


ES CON PLATA

El Covid-19 les ha traído ruina a los pequeños curtidores, quienes para sobrevivir tenemos que fiar a más de 30 días, mientras que nosotros estamos obligados a cancelar los químicos y los cueros crudos de contado, expresan quienes le han dedicado su vida al procesamiento de cueros, que le proponen al Gobierno declarar la industria del cuero como un Patrimonio Nacional, que garantizaría recursos para la sostenibilidad de las empresas, del empleo y de la legalización de quienes optaron por la clandestinidad, para mantenerse en la competitividad, mientras aparecen soluciones, en vez de represiones, ya que a los curtidores nos ven (califican) de contaminadores y evasores, no como una fuerza de la productividad con más de 100 años de tradición en la transformación de pieles, que significa desarrollo industrial, se les escucha a quienes durante varias generaciones están haciendo de los cueros una materia prima tipo exportación, que es apetecida en las naciones donde le saben dar el uso, no solo en la fabricación de zapatos y otros artículos, sino también en la medicina y en los hogares utilizan las pieles, como adornos y tapetes.


EXPORTADORES

Hoy, las 5, 8 o 10 curtiembres que han conquistado el mundo, están recibiendo importantes dividendos, por la selección de cueros, dejándole al mercado colombiano las pieles de segunda. Lo ideal sería que los cueros crudos fueran llevados manufacturados a América, Asia y Europa, según los industriales del cuero, quienes no han encontrado el apalancamiento estatal.

Las curtiembres, que funcionan como empresas, permanecen porque sus dueños les inyectan dinero de sus bolsillos y luchan por la protección del ambiente, mano de obra e impuestos, que no son fáciles de manejar, por la cantidad de procesadores que no cancelan nada y le hacen daño al sector, contaminando y jugando con el precio del cuero, para fabricar calzado y similares sin la calidad requerida. Hacer empresa legalmente, en Colombia especialmente, curtir cueros, tiene elevados costos, le comentó un industrial al Periódico El Peletero, y se mostró bastante preocupado por el desplazamiento de trabajadores nacionales para darles paso a los venezolanos, a quienes les pagan por día, eludiendo responsabilidades laborales.


SERÍA LO IDEAL

Si el Gobierno declarara Patrimonio Nacional la Industria del Cuero, las más de 3 mil curtiembres serían, en su mayoría, visibles y el empleo formal abundaría en las regiones, donde esa actividad es un icono de la economía. Mucho más, porque habría dineros públicos y el control tendría que ser 1A, para que la reactivación y el crecimiento de las curtiembres se vean reflejados en las plantas, con personal contratado bajo las normas del Ministerio de Trabajo, que hace demasiado énfasis en la necesidad de un empleo digno, en vez del por lo que produzco le pago, que no convence a quienes se someten a esa regla, por necesidad, para tener un sustento.


DESPERDICIO…

La industria del cuero, dicho por expertos, es una mina que, bien explotada, se convertiría en zapatos, ropa y productos que los consumidores del mundo quieren lucir, y mucho más si lleva el sello de Hecho en Colombia; pero no, le estamos vendiendo el cuero crudo a quienes deberían adquirirlo en prendas, quienes ni se imaginan que el cuero es colombiano, y lo más triste: nos lo devuelven convertido en zapatos y nuestros compradores los adquieren, y levitan porque provienen del otro lado del charco.

¿Cuándo le darán la importancia a la industria del cuero de Colombia y qué Gobierno se atreverá a decir el cuero será exportado, pero en artículos terminados… manufacturados?

Para que eso suceda, el Gobierno le tendría que comprar las producciones mensuales a los curtidores, a precios internacionales. Así, la industria manufacturera sería líder en empleo, que lo es, pero a medias.

La industria del cuero, dicho por curtidores, le da trabajo a entre 5, 10, 20, 30, 40, 50 80 y 100 operarios, lo que, multiplicado por 3 mil, significa miles de puestos que, en las actuales circunstancias, convertirían a Colombia en la nación más potente en procesamiento de cueros crudos del área.


UNA APUESTA

La inversión en industrias tradicionales, que no dan pérdidas, sino ganancias, como la del cuero, es para sacarle el máximo provecho, antes de que sea tarde. La curtición de pieles, como pinta la nueva economía global, será un soporte económico que ayudará a combatir la desigualdad social, que es la que acosa a países como el nuestro, en el que es más rentable buscarle el quiebre a quienes le dan identidad a Colombia, que salirles adelante a proyectos a los que solo se les tendrá que asignar recursos, que son los que requiere hoy la industria del cuero, para que el sistema moda sea como el café: que se encuentra y se vende en todas partes.

Lo que más encanta de los industriales del cuero, es que no se rinden. En medio de las dificultades, buscan salir airosos, porque tienen dos familias: la del hogar y la que les ayuda a crecer como empresarios: los trabajadores, a quienes no les pueden fallar nunca.

Vamos para 18 meses de sudor y lágrimas, en los que nos hemos gastado los ahorros; algunos clientes se han quedado con nuestras ganancias; otros nos dicen que la deuda está viva… que les fiemos más cueros, que algún día pagarán, que les tendamos la mano, y así por el estilo.


TENSIONADOS

A 100 días del adiós al 2021, lo que más nos ‘azora’ (preocupa) son los compromisos bancarios, la escasez y precio del kilo de cuero crudo, que alcanzó los 2.200 pesos más el IVA; la lenta reacción de la fabricación de calzado y la metódica decisión de los consumidores de disminuir la compra de zapatos.

Estamos frente a una economía incierta, en la que el dólar impone las condiciones, y en manos de los consumidores, a quienes les pedimos encarecidamente que compren lo nuestro: calzado, artículos en cuero y ropa, lo cual ayudará a una recuperación económica más cercana, comentan los industriales del cuero, quienes confían en un consumo masivo durante la Navidad, para que el año nuevo llegue con nuevas perspectivas de negocios..


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