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Brillan las ideas y el amor por el arte del Hecho a Mano

LA INDUSTRIA DEL CALZADO A PULSO

Las promesas le ganan a las… realidades.

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SI lo que dicen los sabios estuviera en línea con sus acciones, los fabricantes de calzado serían millonarios. Pero no. La zapatería existe en Colombia por la magia de quienes se dedicaron a hacer guantes para los pies, no por las ayudas de quienes promueven el desarrollo industrial, que miran por encima del hombro, no los pies, a quienes morirán en su ley: a los invencibles zapateros, quienes están cansados de tantas promesas y desengaños. Creo en lo que tengo y en lo que hago: lo demás es verso de quienes, en representación del Gobierno, manejan los recursos y ellos a través de contratistas, hablan de una transformación, que es teoría y mucho más por la virtualidad, que se convirtió en un cómplice de quienes le tomaron la punta al hilo para justificar millonarias cuentas de cobro por mostrar en videos, TikTok y otras redes sociales, lo que no saben producir, quitándoles a los genios del calzado la posibilidad de alcanzar metas por carecer de capital de trabajo, expresan quienes han vivido momentos críticos y aún se mantienen en el oficio. La zapatería la hacemos a pulso. Quien diga que gracias a la plata de las entidades gubernamentales - Ministerio de Industria y Comercio e Innpulsa, entre otros - han logrado permanecer en el mercado, se ganó la lotería; que sepa manejar ese dinero, que es un auténtico milagro. No he conocido el primero que haya dicho que recibió recursos en efectivo. Lo que sí sé es que dictan cursos en los que nos quieren enseñar lo que sabemos: fabricar y ensamblar calzado, cuando la necesidad es otra y se llama plata, manifestó un famiempresario, quien pensó que era fácil acceder a los recursos del Gobierno y salió más aburrido que mico recién enjaulado: dejé de producir por atender el llamado de quienes dicen tener la varita mágica para que el negocio del calzado sea sostenible y perdí el tiempo. Sin desconocer que recibí algunos consejos que me dejaron una enseñanza: que una cosa es ver y escuchar y otra bien diferente hacer aplicando el empirismo, en el que las herramientas son las manos, la mente, las ideas y la paciencia, que son las que permiten fabricar calzado artesanal, que marca la diferencia. Los computadores dan pautas del cómo, lo demás es inspiración de quienes se sientan a moldear la idea, comentó nuestro consultado, quien, al igual que muchos otros, anticipó que la fabricación de calzado en Colombia fenecerá por la carencia de operarios y de una verdadera reindustrialización. Eso sería lamentable para el desarrollo empresarial. La industria del calzado es generadora de mano de obra y sin ella tendríamos una preocupante desocupación, especialmente en Bogotá, los Santanderes, el Valle y el Eje Cafetero, que se caracterizan por la fabricación de calzado y afines. Los gobiernos regionales han entendido la situación y están apoyando a los zapateros, patrocinándoles la participación en ferias y viajes a Italia, Brasil, México y China, para que adquieran experiencia, vean como laboran y compren tecnología que les permita ser más eficientes y al observar zapatos tan bonitos y baratos, han tomado una decisión: comprar volúmenes de calzado, situación que tiene reflexionando a los gobernantes, quienes apoyan esta clase de planes con un propósito: reactivación económica, crecimiento empresarial y generación de empleo. No sería ninguna sorpresa si alcaldes y gobernadores dicen no más dinero para misiones a los países donde el calzado es su principal actividad económica y debemos aprender de ellos, no importar lo que podemos producir en ciudades como Cúcuta, Bucaramanga, Bogotá, Cali y Medellín, iconos en la generación de empleo de la zapatería, que es lo que más promueven las autoridades para disipar la desocupación y la pobreza. Los Santanderes, según un paneo que realizó el Periódico El Peletero, son ejemplo: innovan, se asocian y realizan esfuerzos en la adquisición de tecnología, para tenerles respuestas a los comercializadores, quienes, al no encontrar los zapatos que requieren los consumidores, han optado por mandar a maquilar en el exterior. Las asociaciones de Bucaramanga y Cúcuta están dando cátedra de cómo se invierten los recursos que aportan las alcaldías y gobernaciones, llevando a los asociados a ferias de calzado de Colombia, con stand gratis y dignos de admirar, como es el caso de la Feria Internacional del Cuero, Calzado y Afines, que organiza ACICAM, en la que participan con más de 100 expositores. Los zapateros de los Santanderes desde hace varios años son mayoría en la IFLS, con tendencias que llaman la atención de los comercializadores nacionales e internacionales, quienes están obligados a tener un mercado novedoso; de lo contrario, la clientela busca otras opciones. Las alianzas público-privadas que tienen caminando los zapateros de los Santanderes, son para imitar. Defienden la industria del calzado con hechos y realidades, de ahí el crecimiento sostenido... estabilidad. Cuando los recursos del Estado son bien invertidos, se nota la confianza y el desarrollo empresarial, se les escucha a los fabricantes de calzado y afines, no solo de Bucaramanga y Cúcuta, sino de Bogotá, Valle, Antioquia y del Eje Cafetero. Los cursos y discursos en la industria del calzado ayudan a culturizar el gremio, pero lo más importante es que el aprendiendohaciendo sea la clave para ser un modelo, que necesita exportar calzado en cuero: es la manera para que el sector se mantenga de pie. El consumo interno de zapatos muestra un descenso. Entonces, es necesario ir más allá, al mundo, a mostrar el calzado que se fabrica en Colombia y, lo mejor, además de diseño y colores, en cuero genuino

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