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El Zapatero soy Yo

JV SPORT: 30 AÑOS DE EXCELENTE CAMINAR

ʟᴀ ꜰᴀᴍɪʟɪᴀ ᴠᴀʀɢᴀꜱ-ᴍᴏʀᴇɴᴏ, ᴜɴ ᴇᴊᴇᴍᴩʟᴏ ᴅᴇ ʟᴀ ɪɴᴅᴜꜱᴛʀɪᴀ ᴅᴇʟ ᴄᴀʟᴢᴀᴅᴏ

Los guayos, las zapatillas y los tenis son los preferidos por los consumidores de todas las edades



Foto Ruka-Periódico El Peletero: 25 Años. José Ignacio Vargas y su hijo José Alexander llevan la batuta de JV Sport, especializada en calzado deportivo.

José Ignacio Vargas, un cachaco que nació en la Capital del país, pero creció en Villa de Leyva, Boyacá, a los 17 años volvió a la ‘nevera’… a Bogotá, con muchos sueños. Su primer trabajo fue en una fábrica importadora de bolsos. Hoy, es un actor del sector manufacturero. A los 24 años comenzó a fabricar, luego de aprender el oficio del calzado, y desde entonces es un modelo de la industria, por la calidad de zapatos, que sobresalen entre las muchas marcas que existen en el Restrepo Ampliado (está ubicado en el barrio Santander).

“En la zapatería empecé haciendo sandalias y viajaba a los pueblos a venderlas en las ferias… fuimos lanzándonos con los guayos y las zapatillas, en cuero en ese tiempo. Los primeros clientes fueron Spring Step, Calzado Nueva Moda y otras cadenas importantes”, cuenta el señor Vargas, a quien nunca se le olvidará que diario producían 500 pares; del 92 para acá hasta el 2008… Mundial de Fútbol, la Selección Colombia con ‘Bolillo’ (Gómez) y Francisco Maturana, que, según él, fue una época abundante, tenían 10 vendedores. Lo que producían lo vendían. ¡Ah tiempos aquellos!, dice José Ignacio, a quien los años le han enseñado a ser metódico, y más ahora que la fabricación de calzado se tiene que manejar con inteligencia para evitar tropiezos.


EL BAJONAZO

“Hoy, la producción es de mil pares semanales. Imagínese el descenso. Ha sido complicado por muchas cosas, ahorita mucho más difícil en este tiempo de pandemia. El alza en las suelas, cada 8, 15 días; los cueros están insoportables, los pegantes… todo. Es complicado para sacar adelante esto. Es complicado para trabajar también”, expresa José Ignacio, quien se especializó en la línea de calzado deportivo. La insignia de su producto es guayo y zapatilla para fútbol y microfútbol. “El tenis blanco en cuero, azul, negro y rojo, al igual que el colegial blanco. Ahora hay mucho más auge porque las personas de todas las edades están utilizando tenis para todo”, agregó el industrial, quien con su esposa Olinda Moreno ha trabajado hombro a hombro, lo mismo que con sus hijos Andrea Briggite y José Alexander (quien es una copia de lo que ha sido su padre), el otro retoño es veterinario y zootecnista, trabaja en Chile.

JV Sport es una empresa que llegó a tener 60 empleados. Ahora tiene 18 trabajadores, considerados como parte de la familia Vargas-Moreno, que ha tenido el talento para sostenerse en el mercado gracias a los productos y sabias decisiones que toman en equipo.


BUEN CONSUMO

El nicho de mercado de JV Sport está concentrado en Bogotá, pero atienden a nivel nacional, sin importar la cantidad: les venden docenas y pares a sus clientes, con garantía de un artículo bien elaborado, señaló José Ignacio Vargas, quien a sus 65 años de edad (40 de ellos entre zapatos), pisa duro desde 1984 con guayos y zapatillas (intentamos registrarla en el 88 pero no la aceptaron por la bandera tricolor); la marca JV Sport está desde el 98. La industria del calzado lo es todo para Vargas, se lo ha dado todo… entre zapatos vive feliz y mucho más por haberle dado para educar los hijos, sacarlos profesionales, ha sido una bendición, según el fabricante, quien sabe cuidar lo que se gana, es un excelente ahorrador.

Vargas se siente orgulloso cuando le dicen que su hijo José Alexander (37 años) tiene la misma vocación. Le guste el arte de la zapatería y lo hace con entrega, aplicando sus conocimientos como Administrador de Empresas. Tiene la visión de los negocios y desde el 2000 es quien lleva las riendas de la empresa en la parte comercial, demostrando que la zapatería, bien administrada, es mejor de lo que muchos piensan, da buenos dividendos.


ORGANIZACIÓN

Hace 40 años la zapatería no era difícil. Yo no vivía el estrés que vivo ahora. La gente era muy juiciosa… los trabajadores, muchachos jóvenes, eran excelentes operarios. Ahorita es complicado para uno. Gente de experiencia no se consigue, manifestó José Ignacio, quien anhela ver organizado el Gremio del Calzado para que se vean los apoyos del Gobierno.

Un vendedor llegaba con la cantidad de plata que fuera. Ahora se coge la plata, se la echa al bolsillo, se la gasta, comentó Vargas, quien, como la mayoría de productores de calzado, se queja de la carencia de especialistas en guarnición, soladura y corte… que es perjudicial para el sector que, pese a que se ha dotado de alguna tecnología, requiere de personal experto, que trabaje en las empresas; les gusta trabajar en casa. Demoran las tareas o hacen mal las cosas. Es mejor formarlos en nuestras plantas, se le escuchó al empresario, quien se ha codeado con importantes dirigentes del fútbol, el deporte que más apasiona a este zapatero, quien labora de 6 a 6, junto a su familia, con quien sostiene una armoniosa relación, que ha sido básica para que JV Sport sea un referente de la industria del calzado.


CONOCIMIENTOS

No hay duda de que la segunda generación posicionará la zapatería. Un ejemplo es José Alexander Vargas Moreno, quien le está aplicando academia al mercadeo, lo cual garantiza que JV Sport sea mucho más sólida, por vender al contado y acordar pedidos con comercializadores que les responden hasta por el último peso.


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