Ingresa por el puerto de Buenaventura y nadie lo ve…
- El Doliente
- 13 ago
- 2 Min. de lectura
EL CONTRABANDO TÉCNICO DE CALZADO SE PASEA
Los precios al por mayor son irrisorios

NUEVA piedra en el zapato: el c o n t r a b a n d o técnico es traído con zapatos marcados y sin marca. No en contenedores, sino en carga suelta… en bolsas, que son ubicadas en los laterales de los buques. Esa mercancía entra a Colombia por el puerto de Buenaventura a precios súper regalados; el flete es, si acaso, de 50 dólares, no pagan absolutamente nada. Y venden el zapato a 18 y 20 mil pesos, al por mayor, en el comercio nacional. Los insumos vienen de China, como capelladas y suelas de última moda, ensamblan los zapatos en Colombia y los reexportan al mercado de Estados Unidos; ahora, por tantos aranceles, a los productos chinos se les abrió esta oportunidad. Igual a como está pasando en México, que también enfrenta unos problemas como los nuestros, pero ellos sí han sabido explotar eso de importar, ensamblar y reexportar. Hay gente en Colombia que ha hecho plata con el negocio de la zapatería: unos tienen buenas marcas y otros se han sabido defender con sus fábricas. Las empresas competitivas a nivel nacional, con perfil exportador, se cuentan con los dedos de las manos. La mayoría son pequeñas fábricas. Los demás son micro, fami y los talleres tradicionales, que no se ven, pero se hacen notar, le dijo un experto productor de calzado al Periódico El Peletero. Por Colombia, el calzado de contrabando técnico se pasea como Pedro por su casa y, como es a precios bajos, pocos consumidores se detienen a pensar en porqué tantos zapatos en las calles, almacenes, tiendas y boutiques a unos costos que invitan a comprar, no un par, sino varios para que la familia esté a la moda. ¿Que qué enamora del calzado chino, que entra por los ojos de la gente con facilidad? No hay duda: los diseños y colores. El peso también es atractivo. A muchísimas personas, de todas las edades, les gusta tener los pies descansados; es otro factor que llama la atención. Lo que pocos saben es que por cada par de zapato chino que consuman, están dejando sin trabajo a 5 operarios: a los fabricantes colombianos les es imposible competir con esas condiciones y toman la decisión de clausurar sus plantas, y algunos, como dice el dicho, se unen al enemigo: les compran a los chinos o a quienes los distribuyen y se dedican a revender, con el riesgo de cómo justificar esa compra en la contabilidad y ante las autoridades.






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