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Los aficionados quieren lucir lo mejor de sus equipos

EL FÚTBOL ENGRANDECE LA MODA

Guayos, tenis, camisetas, pantalonetas, y sudaderas, son consumidos masivamente


La industria de ropa deportiva está goleando, por el consumo masivo de prendas alusivas a los equipos de fútbol.

El fenómeno, es a nivel mundial. El más humilde quiere estar a la moda. Los hinchas del Real Madrid y Barcelona, en España, adquieren casi que a diario, las últimas tendencias que salen al mercado, lo cual es otro ingreso para los clubes, que tienen sus estrategias para ganar adeptos.

En Colombia, los hinchas no se quedan atrás, también hacen esfuerzos por vestir trajes que los identifiquen con sus equipos del alma. Y mucho más si están en lo más alto del campeonato, como sucedió con Millonarios de Bogotá y Atlético Nacional de Medellín, que deleitaron a los aficionados en la finalísima, en la que azules y verdolagas dieron un espectáculo inolvidable.

Tuvimos que triplicar la producción de guayos, tenis, camisetas y sudaderas, le dijo al Periódico El Peletero, un fabricante de ropa deportiva, quien además de ganar buen dinero, le abrió espacio al empleo. El fútbol mueve la economía; nos genera alegría, crea emociones y contribuye al desarrollo empresarial, dijo el confeccionista, quien tuvo que ampliar la planta de producciones y trabajar más de 8 horas para aprovechar el consumo. Es emocionante ver cómo los aficionados dejan hasta de comer por vestir los trajes que los identifique con sus equipos preferidos, añadió.

Los beneficios son para toda la cadena de textiles y de confecciones. La venta de telas en los sectores del Barrio Policarpa y La Alquería, en las localidades de Antonio Nariño y Puente Aranda en Bogotá, se dispararon. Mientras que a los productores de guayos y tenis, les está faltando manos para producir. A buena hora estamos recogiendo una cosecha, que nos permite reactivar nuestras producciones, manifestó un zapatero capitalino, que está feliz por el excelente consumo de los seguidores del considerado mejor espectáculo del mundo… el fútbol.

El microfútbol, también es un aliado del desarrollo de la ropa deportiva. Los uniformes y zapatillas, que se utilizan son muchas, especialmente a nivel barrial. Para los amantes del fútbol y el micro, no importan las crisis, sacan de donde sea para estrenar vestuario.

El ciclismo, no se queda atrás. Los enamoradas del deporte del pedal y las caramañolas, visten trajes que los haga sentir orgullosos sobre el caballito de acero. Y mucho más si los escarabajos son protagonistas en las carreras de máximo nivel en Europa, dígase Vuelta a España, Giro de Italia y el Tour de Francia, como sucedió en los últimos tiempos con Nairo Quintana y Egan Bernal, quienes les dieron inmensas alegrías a los colombianos, subiendo a los más alto del podio.

En las regiones en las que más consume ropa para practicar ciclismo, son en su orden: Boyacá, Cundinamarca, Antioquia, Valle, Tolima y el Eje Cafetero, en las que los niños, jóvenes, adultos y veteranos, madrugan a entrenar y no se pierden ninguna competencia, el ciclismo es su pasión. Eso les cuesta plata y le invierten porque pedalear sin un traje que les permita ir al ritmo de la moda, no es motivante para enfrentar las subidas y las bajadas.

Alguna vez se propuso que el ciclismo fuera declarado el deporte nacional. No se logró porque la politiquería se atravesó en el camino, de lo contrario, el gobierno a través del Ministerio del Deporte, estaría obligado a dotar de ropa deportiva, hecha en Colombia, a los corredores.

Debemos aplaudir la decisión y visión de quienes producen ropa deportiva, a quienes se les tendrá que comprar todo lo que produzcan, para motivarlos a que contraten más rabajadores y generen más impuestos. Poco se habla de esta línea de la economía, que se ha convertido en una promotora de la productividad, tanto así, que mucho de lo que fabrican son exportados a Venezuela, Ecuador, Perú, Costa Rica y a Centroamérica.

Un consejo para los hinchas del fútbol, micro y ciclismo: no compren ropa deportiva importada y de contrabando. Hay que consumir lo nuestro, lo fabricado en Colombia, que es elegante en diseño, calidad, durabilidad y colores.


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