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Foto del escritorJOSÉ YESID ÁNGULO CAMPOS

MAS FIRMES QUE NUNCA

PENSAR con ilusión, garantiza que habrá un mejor mañana.

En tal sentido, los zapateros, confeccionistas y afines, son artistas… entre más resbalan y tropiezan, más persisten en mostrarse como infalibles, lo cual los mantiene de pie y mejorando, gambeteando las tan sonadas crisis, lideradas por los políticos que parecen perros y gatos… uno tratando de morder y el otro de arañar, no por el bienestar de quienes los catapultaron en el poder, con un fin primordial: diseñar calidad de vida, en todos los aspectos… con paz, bienestar, productividad y un desarrollo económico, digno… sostenible.

Hoy, se tiene que decir, sin tapujos, no hay nada que esconder. La situación es caótica por el desbarajuste de la economía, que da signos de un leve mejoramiento por un lado y cojea por el otro. Lo que más estamos sintiendo los colombianos es la caída de la productividad, lo cual nos tiene en alerta y mucho más por el guanteo entre quienes buscan hacerse notar a costa de lo que sea. Para los considerados ‘Padres de la Patria’, los 55 millones de personas parecieran no existir y están equivocados… mejoran su actitud beligerante (con un lenguaje salido de tono), que se ha extendido a todos los niveles, o será necesario que se les aplique la Ley, que está agonizante, pero recae sobre los de ruana, mientras que los de cuello blanco andan campantes, acomodándose a lo que más les convenga, dejando impávidos a quienes, con acciones limpias, buscan hacer de la Nación, una Tierra Santa.

Esto se salió de la horma y ha llegado la hora de cambiar el discurso por la solución; de lo contrario, no sabemos a dónde iremos a llegar: si al cementerio, a la miseria, a una hambruna o a un descarrilamiento social sin precedentes, por la permisividad de quienes están obligados a garantizar la convivencia pacífica, en la que impere el respeto y la honradez, que hoy están siendo pisoteados.

Un país débil en desarrollo y seguridad, se expone a lo peor y no se podrá permitir. Las herramientas para recuperar la institucionalidad y la economía, que significan orden, empleo, impuestos, el pan de cada día, educación y salud, están y no se pueden renegociar más. El diálogo debe tener límites. El desobediente debe entender que existen normas, que habrá que acatar por el bien común.

Estamos a pocos días del adiós al 2024 y la incertidumbre es grande entre zapateros, confeccionistas y afines, quienes, además de no recibir pedidos, no están vendiendo los productos terminados en los puntos de fábrica y de comercialización. La gente no tiene dinero para invertir en artículos de vestir.

Eso no se había visto, lo cual es un pésimo mensaje para el año venidero. Como si fuera poco, el contrabando de calzado y ropa no sorprende, es común en los mercados, especialmente callejeros, situación que está acrecentando la despedida de muchos emprenderos del sistema moda, que no encuentran quien les defienda sus emprendimientos, que son básicamente creados con créditos, lo cual los está enfocando hacia la pobreza extrema.

Lo triste es que, por cada famiempresa de calzado y ropa que apague motores, son entre 3,5,10 y más los empleos que se pierden. Eso es bastante angustioso, en una época en la que la Navidad y el Año Nuevo piden recursos.

Colombiano Compre Lo Hecho con Manos Colombianas: zapatos, vestuario y afines. Los consumidores son un soporte en la reactivación económica y en la supervivencia de los famiempresarios.

Un favor y un consejo para los consumidores: antes de comprar, verifiquen la procedencia del calzado, la ropa y otros artículos; muchos son de origen chino, que algunos comercializadores los hacen ver como Hechos en Colombia.

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