EL MOMENTO DE LAS PIELES
- Don Cuerito
- hace 5 días
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Colombia las tiene, y por montones, para satisfacer el mercado
El 60 por ciento del cuero para calzado súper fino es importado de Italia, Argentina, Brasil y México

ES un sector que, además de darle un valor agregado a la industria de la moda: calzado, marroquinería y afines, genera miles de empleos, no de ahora, sino desde hace más de 100 años. Colombia no es solo café, minería, petróleo y una despensa de alimentos, también es valiosa en cuero vacuno, es una potencia en pieles… las tenemos de toda clase de animales, pero las que más tienen mercado son las del ganado. No sé cómo no le había dado la importancia al cuero de res, que las tenemos hasta para exportar, dijo un curtidor de la tercera generación, quien no se explica por qué a esta línea de la economía se le califica por el lado negativo, la contaminación, y no por el positivo, que es la de un sector pujante e inmenso ante el mundo. Antes el cuero colombiano era exportado en azul, básicamente; ahora el ganado es llevado en pie, en gigantescos buques a China y varios países de América, Europa y Asia, donde los trasforman en vestuario o utilizan para medicamentos. El cuero crudo es embarcado luego de una minuciosa selección, no lo aceptan con rayaduras y aquí dejan los que se tienen que trabajar bastante para fabricar zapatos, ropa, bolsos y artículos tipo exportación, lo cual encarece los procesos. Los pasos a seguir, luego de convencerse de que los cueros colombianos son oro, son fáciles de dar: el gobierno y los empresarios tienen que ir de la mano y fortalecer la actividad, desde luego siendo respetuosos del ambiente. Las curtiembres tienen mucho que aportarle al desarrollo industrial del país en mano de obra, impuestos y prestigio internacional. El inri está en la contaminación y se tendrán que buscar soluciones inmediatas, construyendo las plantas de tratamiento de aguas residuales y utilizando el mínimo de cromo y demás productos que envenenan los ríos y quebradas, que deberán ser vida pura por encima de lo que sea y de quien sea. No podrá imperar lo económico sobre lo humano, como dice la magistrada Nelly Yolanda Villamizar, quien durante más de 25 años ha tratado de mantener a raya a los curtidores de cueros de Colombia. Ha sido tan radical la funcionaria que, antes de retirarse del servicio público, ordenó cerrar los registros de agua del acueducto de las curtiembres que no estén cumpliendo con las normas en San Benito (Localidad de Tunjuelito al sur de Bogotá); confiscar productos, si es el caso, y arrestar a quienes transporten cueros crudos sin los permisos requeridos. También tiene entre ceja y ceja a los curtidores de Villapinzón y Chocontá (Cundinamarca). La ley es para todos, dijo la doctora Villamizar el 27 de marzo durante una audiencia ante más de 100 empresarios del cuero del barrio San Benito, donde realizó inspecciones sorpresivas, junto a Pablo Carrizosa, quien es su mano derecha; Ovidio Morales, jerarca de AsoPies, que aglutina 65 empresas de más de 150 que existen en la zona; Fernando Silva, presidente de Coopicur, y Malen Quinche, entre otros.
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