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El programa será priorizado a nivel nacional

VOLVERÁN LOS TALLERES ESCUELAS DEL CALZADO

Los alcaldes y gobernadores le invertirán al sistema moda para generar mucho empleo.


BAJO el lema ‘Vamos a profesionalizar la industria de la moda’, los alcaldes y gobernadores de Colombia interactúan con los empresarios del calzado y vestuario para que se revivan los talleres escuelas, que en el pasado fueron fundamentales en estos sectores, en los que impera la Universidad de la Vida: es aprendiendo haciendo, y es necesario añadirle más pedagogía para alcanzar la perfección en esta línea de la economía, en la que reina la elegancia.

Los Talleres Escuela del Calzado, que serán manejados por antiguos y nuevos protagonistas y especialistas de la zapatería, pretenden involucrar especialmente, a los jóvenes, quienes, a la par de cómo hacer, tendrán la oportunidad de poner en práctica sus conocimientos, según el plan, que garantiza empleo y mano de obra calificada.

Los alcaldes de las distintas ciudades están bastante interesados, tanto así, que tienen a funcionarios solicitando cotizaciones y documentándose sobre el tema. Los centros de formación serán dotados de tecnología, conoció el Periódico El Peletero. Los Talleres Escuela del Calzado harían parte del Programa Zasca, que tendrá 34 sedes a nivel regional.

Como se recordará, los Talleres Escuela del Calzado dieron de qué hablar, por el éxito, pero en especial, por la manera como, mediante cooperaciones internacionales, lograron imponer un modelo, que hoy es añorado, por la carencia de operarios-expertos, que es de lo que más está careciendo el sector calzadista, que tiene un alto déficit de guarnición, montaje, soladura y finisaje.

La nueva generación de la industria del calzado se está dotando de personal idóneo, antes de ofrecer su producto a los comercializadores, quienes lo primero que preguntan es en cuánto tiempo le entregan el pedido, que por lo general no se cumple por falta de trabajadores, lo cual ha creado desconfianza entre quienes fabrican y comercializan.

Gustavo Vivas y Jorge Alberto Gutiérrez fueron los primeros en dar cátedra, impusieron un estilo en los Talleres de Calzado, que será difícil de olvidar. A ellos es fácil aprenderles; antes que maestros, son amigos de los alumnos, lo cual facilita el aprendizaje con un lenguaje puntual. Si ellos hacen parte del grupo de docentes en esta etapa de los talleres escuela del calzado, será una maravilla. Hay demasiado que interpretarles sobre innovación y cómo ser más eficientes, señalan quienes estudiaron con ellos y tienen en la mente, además, que gracias al economista Antonio Londoño manejaron máquinas modernas que nunca habían tenido en sus manos.

Londoño fue el que dio las puntadas tecnológicas. Mediante convenios con las asociaciones, logró que los Talleres Escuela de Calzado fueran dotados de máquinas de última generación.

Lo que se pretende ahora, pareciera, ser darle un giro al SENA, que se volvería una Universidad, con el sello de Talleres Escuela del Calzado. Este centro fue una academia hasta cuando comenzaron a tercerizar los programas: a darle contratos a terceros, que poco o nada conocen del sector, que, pese a los desaciertos, aún tiene mucha tela y cuero para cortar.

La industria del calzado y confecciones requiere profesores que sepan del tema. Pues una cosa es hacer con las manos y otra bien diferente querer transformar la moda con la virtualidad; otra es coser, guarnecer capelladas, aplicar pegante, pintar y darle un toque final al zapato. Es un oficio artesanal, con ayudas tecnológicas, que dinamizan procesos. Lo demás, depende de la sabiduría de quienes se divierten produciendo los zapatos que le llevarán felicidad a nuestros pies.

Los Talleres del Calzado deberían ser un programa de interés estatal: que tengan recursos asegurados a corto y largo plazo, no ocasionales, para evitar que cada gobierno los acoja o les dé el tijerazo, por no ser prioritario, lo cual conlleva a que se le pierda la punta al hilo, dejando en el aire la ilusión de los zapateros, quienes han soñado con ver este sector de la economía, además de respetado, con bases sólidas, que garanticen un desarrollo sostenido.

Quienes están empujando para que se reactiven los Talleres Escuela de Calzado en Colombia, deberán tener los pies sobre la tierra, para evitar decepciones.

A la par de lo que se quiere y requiere deberán pensar dónde van a funcionar los Talleres Escuela del Calzado, que necesitan espacios especiales. Lo cual es una piedra en el zapato; a no ser que los alcaldes y gobernadores den en comodato casas, bodegas o sitios, tendrán que asignar dineros para arriendos y servicios públicos, entre otros.

Cómo garantizar el funcionamiento, es esencial. La tarea es emocionante e interesante, pero deberá haber un orden inflexible para evitar que los Talleres Escuela del Calzado sean flor de un día.

En Bucaramanga (el alcalde Jorge Andrés Beltrán), en Cúcuta (Jorge Acevedo), en Medellín (Federico Gutiérrez), en Cali (Alejandro Eder) y en el Eje Cafetero, los Talleres Escuela del Calzado, han creado muchísima expectativa. Los mandatarios tienen las botas y el overol puestos, lo cual es buenísimo. Parece que ahora sí ha llegado el momento de que se les reconozca a los zapateros su inteligencia y compromiso con el país.

En el caso del Taller Escuela del Calzado en el Barrio Restrepo de Bogotá, funcionó durante la Alcaldía de Gustavo Petro, después Enrique Peñalosa lo sostuvo a medias y Claudia López lo eliminó.

Hoy, lo único que se conoce es que existe una maquinaria en una bodega de la Secretaría de Desarrollo Económico del Distrito.

¿Será que María del Pilar López la pone a funcionar, bajo su administración? Es una pregunta, por ahora, sin respuesta. La nueva secretaria de la SDDE está realizando recorridos por los nueve sectores productivos más importantes de la ciudad: La Alquería, epicentro de textiles y confecciones; el Restrepo, símbolo de la industria del calzado y afines; el Policarpa, que es grande en textiles y fabricación de vestuario, están en su lente.

San Victorino, el 20 de Julio, Kennedy, el 7 de Agosto y Puente Aranda, donde se comercializa el calzado, la ropa y afines, también están en la agenda de María del Pilar López, quien, por lo mostrado hasta el momento, le dará continuidad al programa Corazón Productivo-Hecho en Bogotá, haciéndole los respectivos ajustes. Es necesario que los empresarios ayuden con sus ideas a fortalecer el sistema moda, no solo desde sus plantas, sino desde los escritorios.

Para lo cual, es prioritario, que los contratistas y manejadores del proyecto, estén de la mano con los emprendedores y de esta manera conocer a fondo qué es lo que necesitan para ser más competitivos en los mercados.

Bogotá está en mora de organizar la Semana Internacional de Moda, en la que confeccionistas y zapateros exhiban sus tendencias. Para tal fin, se cuenta con la Cámara de Comercio, presidida por Ovidio Claros, que tiene en Corferias los mejores escenarios de Colombia: Ágora y El Gran Salón.

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