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Es urgente fortalecer a los zapateros

¡MANOS A LA OBRA!

Poner en la horma a los plagiadores de marcas y cerrar puertas al contrabando, una necesidad.

Por: El Tenaz

Analista del Periódico El Peletero




QUE la industria del calzado y afines atraviesa por un momento complicado, es evidente.

Estaba cantado que después de la pandemia, a los zapateros y afines les tocaría bailar con la más fea, por la informalidad, el poco capital de trabajo, el escaso consumo del producto nuestro y por la preferencia de los compradores a lucir tenis y zapatos de marca… réplicas, que llegan de contrabando y que se fabrican en Colombia, lo cual se convirtió en una tijera para quienes tienen empresas legalizadas.

Es tan cruel la situación que, por cada 5 pares que se venden, 4 o 3 son “chiviados”, copiados, lo cual tiene en jaque a los fabricantes, que ven cómo el calzado es negociado en las calles y sitios especializados en comercialización al por mayor y al detal, a precios bajísimos, a mitad de lo que cuesta un tenis original, si es traído del exterior o de 50 mil pesos, por ser hecho a nivel local. Es una guerra brava: las réplicas están de moda, dicen los productores de calzado nacionales organizados, quienes han tenido que disminuir producciones y despedir operarios.

Lo que se está viviendo en la zapatería, es lamentable. En vez de avanzar, retrocedemos, lo cual es para revisar con urgencia, para que el sector no desaparezca, señalan los afectados, quienes les hacen un llamado a los consumidores: compren, por favor, el calzado hecho con manos colombianas que, en calidad, es excelente y en la generación de mano de obra, ni qué decir.

El aumento descomunal de las réplicas de tenis y calzado en Colombia fue descubierto por las multinacionales, que vieron un notable descenso en sus ventas, no solo a nivel colombiano, sino del orbe, obligándolos a investigar el porqué de la alarmante situación y la conclusión es que el plagio los está afectando y que la única manera de recuperar clientela es siguiéndole la huella a los imitadores que, además de robar ideas, les están generando millonarias pérdidas, por lo que acuden a las autoridades de las diferentes naciones, para defender la propiedad intelectual y de marca, llevando tras las rejas a los infractores, a quienes, además, los castigan incautándoles la mercancía, millonarias multas e inclusive expropiación.

El tema de las réplicas de calzado, marroquinería y ropa en Colombia y el exterior, está como para separar balcón; las autoridades están tras los responsables, no solo en los sectores donde por tradición hacen zapatos, sino también están revisando en aeropuertos, carreteras, terminales de transporte y puertos marítimos, si el calzado es fabricado en el país, bajo qué registro de marca, con documentación en mano o confiscan lo que no sea legal y detienen a quien no tenga los soportes de que es un artículo hecho con los requisitos exigidos por las normas comerciales, que es cero… copia… plagio.

Estamos camino a una recuperación, se les escucha a quienes aplauden las medidas que se están aplicando contra las réplicas de tenis, calzado y ropa, que requería llegar a esta instancia para que los tenis, zapatos y afines, fabricados en los 32 departamentos con marcas de Colombia, sean preferidos por la gente, que se había acostumbrado a comprar lo traído de otro lado, olvidándose del sentido de pertenencia por lo nuestro, que es de talla internacional. En Colombia tenemos genios haciendo zapatos, no hay que envidiarle nada a los extranjeros, señalan los apasionados de la zapatería, quienes presagian que durante los últimos 4 meses del año las producciones serán voluminosas.


Las pesquisas que adelantan la DIAN, la Policía y demás organismos de seguridad, se harán, según conoció el Periódico El Peletero, en los barrios, en los madrugones y lugares donde la venta de tenis y calzado ilegal, es consumido como arroz, no tanto por la calidad; la gente quiere estar a la moda, sin importar lo bueno, se dejan llevar por las marcas, por las imitaciones que, la verdad sea dicha, parecen originales, pero en realidad son un engaño que asume el consumidor, que corre el riesgo de perder la plata por dejarse llevar por la vistosidad y las emociones pasajeras.

Los zapateros nacionales están en una etapa de transición: reinventándose, tras la terrible pandemia, que en medio de dolor y lágrimas los obligó a sacar su casta, inventándose diseños en colores que enamoran.

Las réplicas que fabrican, especialmente los chinos, son y serán siempre una piedra en el zapato para los verdaderos industriales del calzado, quienes hacen millonarias inversiones en tecnología y estilos, con el fin de ofrecer día a día un producto más elegante y saludable, utilizando materiales que se ciñan al cuidado ambiental, sin contaminantes que pongan en peligro los pies.

La imitación de marcas de zapatos tradicionales, no se acabará de la noche a la mañana; muchos les hacen pequeñas modificaciones en las capelladas y en las suelas y tratan, sin que se note demasiado, que en la marquilla no se vea que es una copia, que al fin y al cabo es la que atrae clientes, que al observar el tenis se deja llevar por el producto y lo adquiere, como se dice en el argot popular, para chicanear y que le digan que está a la moda, utilizando calzado de marcas que a través del tiempo se han apoderado de los mercados.

Pero que les ha salido una competencia desleal, que les fusilan sus estilos, quitándoles consumidores, que es lo que más les duele en el momento de los balances de cuanto hacemos y cual es el consumo, que no corresponde a las estadísticas que manejan en sus contabilidades sobre que invertimos y que debemos recibir en ganancias, que tienen fríamente calculadas.

Después de la pandemia, las réplicas aumentaron, por las dificultades de ingreso de tenis y calzado, a los países que compraban millones de pares, lo cual buscan controlar con medidas cautelares, para que este fenómeno con siga caminando y así recuperar los mercados legales, es el objetivo de las grandes potencias en fabricación de tenis y calzado del mundo.

A nivel local, el aumento de réplicas creció muchísimo y más porque los planteros se convirtieron en una plataforma para financiar grandes producciones, prestándoles a los fabricantes para que les produzcan a los comercializadores que se adueñaron de un nicho de mercado… saben a quién venderle, van a la fija. Por eso se dan el lujo de, con confianza, mandar a hacer las réplicas… no tienen pierde.

Los ahora famosos planteros, de quienes no se conocía mucho, le cobran sobre el monto total de un préstamo un 5 por ciento al fabricante, a quien no pierden de vista… el fin de semana recogen su dinero y las ganancias. Ese es el modus operandi. Los planteros son hoy los capitalistas de los productores de calzado, a quienes oxigenan para que permanezcan en la actividad y surtan a los comercializadores, que saben dónde es que ponen las garzas: tienen identificados los clientes, que cada 3 y 5 días (miércoles y sábado), vienen por la mercancía.

Es un negocio bien pensado… es un estilo gota a gota, pero a gran escala, el único requisito es ser cumplido, firmar una letra y punto. Ellos, los planteros, permanecen en los lugares donde fabrican calzado, llenando las necesidades de los zapateros y echándoles ojo para que no se les vayan a volar, como les ha sucedido con algunos, que luego de lograr los préstamos… financiamientos, anochecen y no amanecen, situación que ha cerrado un poco esta clase de créditos rápidos.

Hoy, para que los planteros presten, es necesario un respaldo y referencias de los mismos fabricantes de calzado, como garantía. Estamos sobreviviendo por este capital de trabajo, de lo contrario no estaríamos en la industria, por las dificultades que tenemos para que los bancos nos faciliten dinero, se les escucha a quienes consideran a los planteros como ángeles. Sin ellos, la mediana zapatería no existiría; lo más difícil de la industria del calzado es tener plata a diario para producir. La desaparición de los créditos para insumos y el pago, al ritmo de las ventas en los almacenes, nos tienen al borde del precipicio.

Por eso los planteros son como caídos del cielo para el sector calzado, que sobrevive por su pasión por el arte y el compromiso de certificar que en Colombia hay genios haciendo zapatos, capaces de competir con quien sea; el pero es cómo producimos, si escasea la plata para tal fin, expresan los industriales, quienes están preocupados por el ingreso descomunal de réplicas de tenis y calzado extranjero, que también los tiene en jaque… mate.

La sabiduría de los zapateros colombianos es tan poderosa que nadie los sacará del negocio; que no exista la menor duda, con capital o sin él, nos las inventamos para seguir dándole elegancia a quienes aman nuestro calzado, concluyen los héroes de una industria que da todos los días de qué hablar, por el impacto socio económico que tiene en el desarrollo de la humanidad.

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