REALISMO PURO
La falta de espíritu empresarial e industrial genera grandes riesgos entre los zapateros.
EXISTE actualmente una clase de optimismo tóxico en el sector zapatero.
¿Será pesimismo o negativismo? ¡No! Es Realismo puro.
En los pensamientos hay algo que nos hace mucho daño y esas son las fantasías que debemos aprender a aterrizar.
Empezando este nuevo año deseo a todos nuestros lectores la mejor de las suertes, porque realmente se va a necesitar, y no solo es suerte sino también necesitaremos altas dosis de planeación y estrategia; y todo eso se logra con formación o de la mano de expertos… busque asesoría o un tutor empresarial.
Entremos en el tema: Desconocer las leyes y las condiciones de los mercados, así como no evaluar, ni conocer los indicadores micro y macro económicos que afectan nuestros negocios y mercados de forma positiva o negativa, es de por sí ceguera empresarial…
Todo esto tiene graves consecuencias y riesgos en nuestras finanzas y cuando se aumentan los riesgos y estos no se controlan viene la hecatombe y de esta manera es más costoso un plan de reestructuración financiera que haberlo prevenido.
Para nadie es un secreto que estamos viviendo momentos difíciles y convulsionados, el barco se está moviendo mucho, algunos lo están abandonando, otros ya se están ahogando. Entonces es necesario aprender a remar, incluso a nadar, pero sobre todo debemos aprender a sacar provecho y beneficio en momentos de crisis con duras batallas.
Analizar no es pesimismo, es ver y sentir todo con un realismo puro y duro.
El espíritu empresarial es una actitud en la que se refleja la motivación y la capacidad del individuo a la hora de identificar una oportunidad o una amenaza y luchar por ella para producir un nuevo valor o éxito económico.
En otras palabras, el espíritu empresarial es la capacidad de identificar asertivamente riesgos, amenazas y oportunidades de negocio. Los riesgos y amenazas se deben tomar en serio y activar las alertas.
Las oportunidades que se perciban deben planearse para desarrollarlas y gestionarlas adecuadamente para que sean exitosas.
Cuidado con la “desazón”, porque cuando esta aparece se pierde el ánimo y la buena voluntad… esto no es pesimismo ni negativismo, como algunos lo puedan interpretar, esto es REALISMO y, vale decir, es estar aterrizado y no flotando en fantasías que nos hacen mucho daño.
Una cosa es la mentalidad de un dueño de taller y otra la mentalidad empresarial. El sector como tal ya está expuesto a un nuevo paradigma de gestión con una nueva generación de empresarios e industriales del calzado; por lo tanto, se trata de desarrollar actitud proactiva, propositiva y emprendedora, y todo esto está basado en una serie de valores y habilidades, como la creatividad, la innovación, la toma de riesgos, la planificación, la proyección, la gestión de indicadores financieros, de negocios, de producción y la administración del tiempo y el liderazgo y un mejor colegaje.
El espíritu empresarial es importante para el desarrollo económico y social de un país, de una región, de una ciudad y de una comunidad. Los emprendedores desarrollan nuevas ideas, se proyectan, crean nuevos negocios, generan empleo y riqueza y contribuyen a la innovación. Por ello, es importante fomentar el espíritu empresarial en la educación sectorial y en la sociedad en general.
A nivel gremial, es necesario que las asociaciones entiendan que no solo están para ordeñar recursos del Gobierno y a sus asociados, muchos proyectos de estos son inocuos en el tiempo (que no funcionan en nuestro ambiente o condiciones de mercado).
Las ferias de cazado y afines ya tienen tendencia a decaer por el impacto de la digitalización de los negocios, y lo más duro de vender en estas es confianza.
Algunas de las características de las personas con espíritu empresarial son:
Creatividad e innovación: Son capaces de pensar fuera de la caja y encontrar nuevas soluciones a los problemas.
Análisis de riesgos: Están dispuestos a asumir riesgos para alcanzar sus objetivos.
Motivación: Tienen una fuerte motivación personal para alcanzar el éxito.
Pasión y Resiliencia: Están apasionados por su negocio o proyecto y resisten embates propios de los negocios.
Proyección planeada: aprender a cocrear su camino y definir la forma para para obtener éxito.
Perseverancia: No se rinden fácilmente ante los obstáculos.
El espíritu empresarial se puede desarrollar a través de la educación, la formación y la experticia (paso a paso). Hay una serie de programas y recursos disponibles para ayudar a las personas a desarrollar sus habilidades empresariales.
El espíritu empresarial es un factor clave para el desarrollo de cualquier país, que aporte al crecimiento económico.
Por último, cada cual toma sus decisiones de acuerdo a lo que haya en su cabeza y a su grado de espíritu empresarial.
La falta de espíritu empresarial desarrolla oportunismo y el fabricante se monta en el columpio de la desidia, perjudicándose él y todo su entorno.
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