Consumidores quieren calzado y ropa exclusivos, pero en pieles
- Don Cuerito
- 13 ago
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EL VESTUARIO EN CUERO, QUÉ ELEGANCIA
Los curtidores colombianos están en capacidad de procesar lo que el mercado local requiera

LA experiencia es total. Los curtidores de cueros colombianos no entienden por qué los fabricantes de zapatos y vestuario en cuero importan el 65 por ciento de esta materia prima de Italia, España, Brasil y México, entre otros, cuando aquà la hay y de la buena, a precios competitivos y para todos los gustos. Quienes producen calzado, chaquetas, cinturones y carteras tipo exportación, prefieren pagar más por el cuero extranjero que utilizar las pieles colombianas, que, si bien no son perfectas, cumplen con normas ambientales y tienen algo diferente a las demás, que las hace apetecidas en el mundo. Hoy, la moda es exportar cuero en pelo, que es sensación en España. Las ven bastante atractivas y, sin importar el costo, los consumidores pagan por embellecer sus cuerpos y pies. Varios fabricantes de zapatos de Colombia importan cuero para darle los terminados en sus plantas de producción. Argumentan que las traen porque las pieles nacionales tienen defectos: rayones, huecos y porque no tienen los terminados que garanticen un excelente producto. No somos perfectos, pero Colombia es una dura en cueros de ganado. Sà somos capaces de hacer lo que los fabricantes requieran para calzado y prendas de vestir. Ha faltado más acercamiento entre los empresarios que exportan calzado y ropa en cuero. Esa es la verdad, se han realizado muchas pruebas, podemos atender sus requerimientos, pero no hay confianza, le comentaron al periódico El Peletero varios empresarios de San Benito en Bogotá y de Villapinzón en Cundinamarca. Este sector de la economÃa, al que a diario las autoridades le exigen someterse a las normas ambientales, ha tratado de asociarse para cerrarle espacios a la contaminación. Las mayorÃas dicen presente, pero cuando les piden la cuota de sostenimiento, no responden; prefieren laborar cada uno por su lado, exponiéndose a sanciones y hasta cierres y expropiaciones de sus plantas. Uno no entiende cómo quienes vivimos de este arte nos resistimos a buscar soluciones que beneficiarán a muchos, señaló un curtidor, quien agregó: no estamos pensando en que generamos riqueza, empleo e impuestos, miramos las cosas de manera individual y eso es grave para la industria curtidora, que durante más de 100 años ha sido insignia nacional. Nuestra responsabilidad arranca desde donde recogemos los cueros, luego en la planta y a partir de allà los vertimientos, que son los que llevan el veneno a los rÃos y quebradas, que es lo que no nos perdonan quienes cuidan y vigilan el ambiente, que razón tienen en ser drásticos, porque el agua es vida y nadie puede contaminarla, dicen quienes laboran en este noble oficio, que sienten temor porque saben que en cualquier momento los pueden dejar sin el pan de cada dÃa, por una clausura masiva de curtiembres.