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Javier Lara

Los Cueros Al Sol

INTELIGENCIA NATURAL


Algoritmos, inteligencia artificial, tecnología que avanza cada vez más rápido. El ser humano explora, inventa, transforma. Nos abruma la ciencia con sus logros que no terminan de sorprendernos. En medio de todo esto hay un dilema: ¿nos beneficia o perjudica la cascada de cambios a corto y mediano plazo?

Muchos científicos consideran que las máquinas pensantes e inteligentes desplazarán al ser humano y en el peor de los casos lo exterminarán. Hay profesiones que quedarán obsoletas, actividades humanas serán realizadas por robots. No es ciencia ficción.

Nuestro gremio tampoco escapará a estos cambios tan brutales. La mano de obra se verá muy afectada porque la automatización con su perfección y eficiencia tendrá las de ganar. Por costos y conveniencia los dueños de las fábricas preferirán una inversión segura que no reclamará vacaciones, permisos, salarios ni prestaciones.

Algunos dirán que un país atrasado como el nuestro demorará mucho tiempo en implementar las nuevas tecnologías. Pues no. Una de las ventajas será la inmediatez y facilidad con que se asimilan hoy las novedades, los desarrollos. Un mundo globalizado derribó los obstáculos e hizo del conocimiento un proceso simple, rápido.

Mientras tanto nosotros sufrimos los grandes males del tercer mundo. Atraso, corrupción, caos social, gobiernos anacrónicos con ideas absurdas. La educación pública en un nivel paupérrimo. Ni siquiera estamos en el mismo sitio, sino que nos devolvemos a épocas ya superadas. La brecha con los grandes países es atroz.

Tenemos problemas de toda índole. Desde el factor humano, pasando por la infraestructura y de remate con las condiciones más absurdas para competir en el mercado internacional. A los jóvenes ya no les llama la atención el gremio porque no involucra tecnología de punta ni procesos avanzados, en producción, diseño, comercialización, etc. Aún continuamos aferrados a un pasado lleno de obsolescencia. Los retos se encuentran en otras partes, con elementos de vanguardia.

Europa, Canadá, Estados Unidos, Australia, sociedades del primer mundo se lo llevan todo, incluidos los seres humanos. Ya sea por su capacidad intelectual o su mano de obra. Tienen recursos, moneda fuerte y tecnología de punta. Cualquier joven buscará llegar allá. Es cuestión de sentido común

Carecemos de inteligencia real. Poseemos esquemas políticos y económicos contaminados por una cultura atrasada, injusta, corrupta, violenta. Las opciones son nefastas. Estamos a años luz y cada vez más lejos de las naciones desarrolladas.

La crisis de nuestros países es estructural, no depende de un solo factor. No existen las condiciones para hacer empresa ni crear conocimiento que nos proyecte en el mundo. Solo copiamos e importamos novedades. Es complicado trabajar con tantas variables en contra. Sin embargo, el empresario colombiano persiste.

Aunque el costo de vida se disparó y el poder adquisitivo del colombiano decayó tenemos que seguir e ingeniarnos estrategias para sobrevivir. No es fácil con las reformas que el gobierno pretende, la inflación, el precio de la gasolina y demás cargas impositivas. La gran víctima será el ciudadano del común que sufrirá los embates del desempleo.

En el ambiente es innegable la sensación de pesimismo, de incertidumbre. Los pronunciamientos erráticos e incomprensibles del poder Ejecutivo agudizan las dificultades para mantener las empresas y el comercio, verdaderos generadores de crecimiento económico y empleos de calidad.

A las diversas organizaciones que representan nuestro sector les queda la gran responsabilidad de hacerse sentir y velar por los intereses de una actividad como la nuestra. Son miles de familias que recibimos el sustento del histórico y noble quehacer de la cadena productiva que conforman el cuero, calzado, marroquinería y afines. Las ferias deben ser no solo una plataforma comercial. También tienen que buscar incidir en las políticas gubernamentales, mostrar al país la riqueza, la labor social que implica proveer puestos de trabajo.

La inteligencia artificial es una herramienta que, dependiendo de su uso, será un desastre o el punto de partida para cambios beneficiosos. Puede ser una amenaza terrible o el umbral para crear sociedades más justas, con un mejor nivel de vida.

Por el momento no se sabe qué pasará, pero ya existen movimientos para regular el manejo de la IA. Sus posibilidades son tan tentadoras e inimaginables que en manos del ser humano puede producir un desastre.

Ojalá no tengamos otra herramienta para la guerra, la violencia y la maldad. Desde la creación de la bomba atómica hasta nuestros días hemos dado razones fehacientes para temerle al uso indebido e irresponsable de los inventos.

En cuanto a nuestro gremio solo nos queda la unión, los objetivos comunes y tener incidencia en el ámbito del poder. Tener peso institucional, ser reconocidos, mostrar nuestra importancia en la economía.

Siempre divididos, cada uno por su lado, víctimas del individualismo, el egoísmo y la envidia. Así ha sido la historia del sector. Es hora de cambiar y dejar la desidia. Más ahora con la incertidumbre y el caos que se avecina.

Nunca habíamos estado en una situación tan crítica como la de ahora. Se ciernen grandes nubarrones sobre la sociedad colombiana. La coyuntura política es complicada, con medidas que podrán perjudicarnos de forma irreparable.


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